25 Llamad, y se os abrirá

El Amigo de Dios

Todos los discípulos fueron amigos de Jesús, lo dice claramente en Juan 15:15, pero Dante Gebel dice que Judas Iscariote fue un amigo aún más cercano a Jesús que el resto de los 12 discípulos, basándose en el hecho de que Jesús compartía su pan con Judas Iscariote, Salmo 41:9, Juan 13:18, 26, cosa que en la cultura judía señala una GRAN AMISTAD, cosa que Jesús no hacía con el resto de sus discípulos, de manera que ése gesto lo distinguía a Judas Iscariote del resto del grupo y así los otros discípulos tenían una pista de quien era el que lo iba a traicionar a Jesús: el que más intimidad tenía con Él[1].

Basándome en eso, puedo decir que existen niveles de amistad, ¿cierto? Es lo mismo que decir que existen niveles de intimidad: tú no tienes la misma intimidad o cercanía con todas las personas: con algunas tienes más cercanía que con otras. Por lo tanto, tú no les cuentas las mismas cosas a algunas personas que a otras, sino que a algunas personas, con las que tienes más confianza, les cuentas más cosas y aún más íntimas, y es así aún con tus amigos: a algunos amigos les cuentas algunas cosas, mientras que a otros, les cuentas otras cosas aún más íntimas tuyas. Yo me esfuerzo por ser amigo de muchas personas, pero eso no significa que todas estas personas conocen todos mis secretos: de hecho, mi CÍRCULO ÍNTIMO DE AMIGOS a veces es reducido a una sola persona: no le cuento de todo a todos mis amigos, pero sí hay una persona a la que le cuenta de TODO.

Igual es con Dios: A las personas que lo buscan, Él cuenta a algunas personas más secretos de las que cuenta a otras: en el Lugar Santo, sí hay revelación de Su Palabra, representado en el candelabro. Pero a quienes saben cómo tocar su puerta, Él les promete que les abrirá la puerta hacia Su Lugar Santísimo, donde hay AÚN MÁS revelación, donde Dios te cuenta secretos aún más profundos de los que te cuenta en el Lugar Santo.

A tu novia le dices cosas que no les dices a nadie más, ni si quiera a tu mamá, y a tu novia le muestras cosas que no muestras a nadie más, ni si quiera a tu mamá; igual es con Dios: No es tan difícil ser un amigo superficial de Dios, pero sí es más difícil ser un amigo ÍNTIMO de Dios. Más Santidad  equivaldría a más intimidad con El Señor; menos santidad equivaldría a menos revelación de parte del Señor. Ustedes, ¿qué quieren ser? ¿Amigos de Dios, o amigos ÍNTIMOS de Dios? Una cosa es que Él entre a tu habitación, pero otra es que tú entres a la Suya…

En el Lugar Santo hay Comunión con Dios, representado en la mesa de los panes de la propiciación, la cual también representa la Presencia de Dios. En el Lugar Santo, sí hay Presencia de Dios, pero en el Lugar Santísimo, hay aún MÁS Presencia de Dios, si lo puedo decir así. El oro, en la Biblia representa Divinidad, y vemos que hay oro en el Lugar Santo y en el Lugar Santísimo, pero no hay oro en los atrios; el altar del incienso y el lavacro estaban cubiertos de bronce. En el atrio no había oro, sólo había bronce, lo que representa que en esta primera etapa de la oración, no hay Divinidad, no hay Presencia de Dios afuera en los atrios; hay sacrificios que deben hacerse allá afuera. La Palabra de Dios debe purificar nuestras mentes allá afuera.

Por eso, sólo en esta primera dimensión de la oración, la carne aún está en control: es donde nuestras mentes divagarán y nuestros estómagos tendrán hambre, donde la distracción es una realidad. También es el lugar donde el enemigo aún puede atacarte, a tu mente: pensamientos corruptos aún pueden asaltar tu mente. Puedes estar en los atrios con pensamientos impuros.

No puedes crucificar a la carne en el Lugar Santo: debes crucificarlo afuera. El altar de bronce estaba afuera: debemos poner nuestras vidas en el altar de bronce. En Romanos 12:1, Pablo nos “ruega por las misericordias de Dios, que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio VIVO, santo y agradable a Dios, que es nuestro racional culto”. Eso sucede en el altar: es el único lugar donde puedes sacrificar tu cuerpo a Dios, el altar. No hay altar de bronce en el Lugar Santo.

Así que este es el lugar donde la mayoría de creyentes vienen a diario y a veces ni tan a menudo, lastimosamente, y le dan al Señor una lista de peticiones, una lista de demandas, dicen “amén” y se fueron; ¡qué triste! Qué triste que eso sea lo único que ellos conocen acerca del caminar cristiano: su vida es una vida llena de luchas, llena de repeticiones, llena de batallas pero no de victorias; es una vida de, perdónenme, acoso demoniaco, donde la Presencia de Dios está ausente… pero eso es en el atrio. Por eso, atrio en inglés es outer court, porque está outside la Presencia de Dios.

No estás fracasando allá afuera en los atrios, pero sí fracasarás si te levantas y te vas cuando dices “amén”, porque no experimentaste la Gloria de Dios ese día si te levantaste y te fuiste, ¡qué triste! Pero quiero que tengan en cuenta que los atrios no es un lugar de fracasos: es el lugar del comienzo: es el lugar donde aún debes persistir en oración, Lucas 18:1-8. No toda la oración es persistencia; hay algunos lugares en la oración donde todo es brisas como olas y ondas te regeneran y realmente no hay esfuerzo por permanecer de rodillas. ¿Qué tal si Dios te diera a la primera que le pidieras? Tú te olvidarías mañana mismo de Dios, dejarías de buscarlo con todo tu corazón. El oro sólo se hallaba dentro del Tabernáculo propiamente dicho.

Normalmente, una persona tiene una habitación en la que duerme, y puede ser que la comparta con una u otras varias personas. Pues, El Señor también tiene su propio cuarto, y Su cuarto tiene el nombre de El Lugar Santísimo, o El Trono de Dios. Su cuarto, a diferencia del nuestro, es un lugar espiritual; ¡no es un lugar físico! No es un lugar que comparte un área geográfica dentro de nuestro planeta, ¡porque su cuarto está en otro plano completamente diferente a nuestra dimensión! La única manera de entrar a esta habitación es en el Espíritu.

Sólo recibes en tu cuarto a tus amigos, ¿cierto? De igual manera, Dios sólo recibe en Su Lugar Santísimo a los que ya han pasado un proceso de conocerlo a Él, y que cada vez tienen más intimidad con Él, a los que se han lavado y preparado para entrar, y a los que obedecen Su Palabra… Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando”, Juan 15:14.


Hay que entender que Dios es muy selectivo con Sus amigos, y eso tiene que ver con Su Santidad: Él sólo admite como amigos a aquellos que tienen estándares tan altos de santidad como los tiene Él. ¿No somos así con nuestros amigos? ¿No escogemos ser amigos con quienes tenemos cosas en común? A veces, ¿pero no es cierto que la persona con la que somos amigos, es porque tiene algo que nos atrae hacia él o ella, algo que nos agrada de su persona? De igual manera, Dios es atraído por la Santidad o por el amor hacia la santidad de las personas; estas personas tienen ese algo especial que Dios está buscando en quien Él llama Su amigo. Éste es el atributo que Dios busca; la humildad es parte de la santidad, Isaías 6:2-3, Santiago 4:6, 1Pedro 5:5.

¡Entiéndase bien lo que estoy diciendo! No estoy diciendo que Dios hace acepción de personas, “porque no hay acepción de personas para con Dios”, Romanos 2:11. Todos tenemos las mismas probabilidades y las mismas oportunidades de llegar a ser hechos amigos de Dios. En ése sentido, no hay acepción de personas. Pero la única diferencia es que algunos de nosotros aprovechamos esas oportunidades para llegar a ser hechos amigos de Dios, mientras que otros, por lo evidente que es su estilo de vida, puedo decir que no tienen ni el más mínimo interés en llegar a ser hechos amigos de Dios.

Cuando tú entras a la habitación de un amigo, por más confianza que tengan el uno con el otro, eres muy cuidadoso con la ubicación y la integridad de los objetos en su habitación, por el mismo gran respeto y admiración que le tienes a tu amigo. De igual manera entras a la habitación del Señor cuando Él por fin te ha concedido la entrada: con respeto y admiración: “Servid á Jehová con temor, Y alegraos (en su presencia) con temblor”, Salmo 2:11. Evitas por todo lo posible molestar al Señor, evitas todo lo que puede desagradarlo en ese momento, y sencillamente disfrutas de Su Presencia, ¿cierto? El Lugar Santísimo… ¡Ése es Su Cuarto, hermano! ¡El Lugar Santísimo es Su Cuarto!

¿Cuáles son los privilegios de ser un amigo de Dios? (7) Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os he hecho notorias”, Juan 15:15. Él te va a contar cosas que no cuenta a cualquier persona. Una señal de que te has ganado la amistad de Jesús es que Él te permite entrar a Su Cuarto. Créeme que Él no va a permitir que alguien que no es Su amigo entre a Su Cuarto. Si Jesús te tiene confianza, Él te va a permitir entrar al Lugar Santo; si Jesús te tiene más confianza, Él te va a permitir entrar al Lugar Santísimo. Es cuando llegas a este Santísimo Lugar que empiezas a comprender muchísimos misterios espirituales. Los secretos más íntimos del Padre te serán revelados, Él te explica lo que Él planea hacer en el futuro cuando estás en Su Presencia.

Dios susurró sus secretos que habrían de ocurrir a los profetas de la antigüedad antes de que tuviesen ocurrencia, porque ellos sabían cómo acercarse a Dios: por medio de la adoración. Ellos eran amigos de Dios. Otro nombre de un profeta es un amigo de Dios, porque a los dos, Dios les revela lo que Él va a hacer antes de hacerlo: Él les revela sus secretos. Hoy en día, así como en la antigüedad, Dios también va a revelar sus secretos más profundos a quienes tienen hambre y sed incesantes de Él.

Cuando tú prefieres al Señor por sobre todas las cosas, estás a un paso más cerca para estar listo para que Dios te haga conocer a tu futura esposa o esposo. Una señal para saber si ella es la escogida o él es el escogido, es si estás impregnado de Su Santidad, y en realidad todas las demás personas que te encantan cuando no estás prefiriendo al Señor por sobre todas las cosas, ya ni te llaman la atención, sino que cuando estás prefiriendo al Señor por sobre todas las cosas, aparece una persona que aún así te llama muchísimo la atención.

“Y el SEÑOR acostumbraba hablar con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo...”, Éxodo 33:11a. Hasta la fecha, Dios no ha hablado conmigo cara a cara, sino que todo lo que me ha dicho, me lo ha dicho al corazón, en forma de parábolas. “Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras: si tuviereis profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así á mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa: Boca á boca hablaré con él, y á las claras, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová”, Números 12:6-8a. Ver la apariencia de Jehová tiene que ver con ver la Gloria de Dios. En efecto, en la casa del Señor, el Lugar Santísimo, vemos Su Gloria. Aquí, Dios te muestra las cosas CLARAMENTE, y no por figuras, parábolas, sueños o visiones. ¿Pero cuál era la razón por la que Dios hablaba con Moisés cara a cara? He aquí la razón por la que Moisés se ganó tanto la estimación y la amistad del Señor: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”, Números 12:3. “Porque el perverso es abominado de Jehová: Mas su secreto es con los rectos”, Proverbios 3:32. Yo me pregunto qué tan humilde habrá sido Moisés, como para que Dios hable con Él cara a cara. Yo reconozco que yo no he alcanzado ese nivel de humildad que tenía Moisés; yo parado de él he de parecer un altanero.


3 DIMENSIONES DE LA ORACIÓN

Cuando estudiamos El Tabernáculo, clasificamos a la oración en tres etapas. Resulta que Jesús también clasificó a la oración en tres etapas en Mateo 7:7-8, Lucas 11:9-10: 1. La etapa en la que pedimos cosas a Dios, 2. La etapa en la que buscamos el rostro de Dios, la cual profundizaremos la semana que sigue después de haber visto “Pedid, y se os dará”, y 3. La etapa en la que llamamos a Dios. Si empatáramos las 3 etapas con sus respectivas 3 etapas del Tabernáculo, resulta que el lugar donde le pedimos cosas a Dios es en los atrios, y que el lugar donde buscamos el rostro de Dios es en El Lugar Santo, y que el lugar donde llamamos a la puerta de Dios es en El Lugar Santísimo, ¿de acuerdo? ¿Sí me entendieron?

El verbo llamar en este pasaje es el verbo knock en la versión en inglés, la cual traducida de mejor manera debería quedar tocar la puerta en la versión en español. El verbo abrir permanece siendo open; de manera que en la versión en inglés se entiende: “quien toca la puerta, se le abrirá”. Este tocar la puerta es en realidad la parte más silenciosa de la oración. Empiezas pidiendo (haces el gesto de levantar las manos con fuerza y frunciendo el ceño con los ojos cerrados), sigues buscando (bajas suavemente las manos y extiendes una hacia adelante como que buscando algo, y bajas un poquito el volumen de tu voz), y terminas tocando la puerta (bajas el volumen de tu voz completamente y haces el gesto de tocar una puerta al frente tuyo suavito, aunque en realidad no tocas nada). No es dar golpes contra la puerta (haces el gesto de golpear una puerta durísimo golpeando durísimo algo de madera cercano a ti) Esta es la etapa más poderosa de la oración, porque ya no hay petición en este lugar, y ya ni hay búsqueda: lo encontraste, y ya estás con Él.

¡Imagínate que tiene que ver con tocar la puerta (bajas la voz) hacia Su Lugar Santísimo!, y se te abrirá. Estás literalmente tocando la puerta hacia la habitación de Dios; si logras llegar hasta esta etapa de la oración, de tocar Su puerta, ten la seguridad que Él te abrirá… Yo, cada que quiero entrar al Lugar Santísimo, hago como si estuviera tocando Su puerta, y pregunto con una voz tierna y baja: “¿Señor? ¿Puedo pasar?” Es algo glorioso… (Esperas un buen rato mientras miras sus ojos con ojos tiernos) Vamos, todos, pongámonos de rodillas, a tocar la puerta del Señor… (Empiezas a ministrar)

¿Recuerdan cuál era el mueble que estaba a la entrada del Lugar Santísimo? (esperas a que respondan y si no pueden, respondes tú:) El altar del incienso, ¿recuerdan qué simboliza el altar del incienso? (esperas a que respondan y si no pueden, respondes tú:) La adoración. Esto simboliza que la adoración es la llave hacia Su Gloriosa Presencia, hacia El Lugar Santísimo. Resulta que tocar la puerta es sinónimo de adoración; resulta que la manera de tocar la puerta de Dios ha sido por medio de la adoración; resulta que cuando adoramos de todo corazón y en Espíritu y en Verdad, estamos tocando la puerta. Cuando adoramos, contemplamos Su Trono, Su poder y Su Santidad[2]. ¿Ahora entienden por qué el tocar la puerta es la parte más silenciosa en la oración? La adoración es suave, para sintonizar tu corazón con el de Dios…

Estoy tocando la puerta a Tu Cuarto, a Tu Santísimo Lugar
Déjanos ver Tu Rostro, Déjanos ver Tu Rostro, Déjanos ver Tu Rostro,
Déjanos conocerte, Déjanos conocerte, Déjanos conocerte,
Déjanos entrar a Tu Santísimo Lugar
Santo, Santo, Santo Dios
Tan sólo soy un hombre, y no soy perfecto
Pero tienes esto: mi corazón y mi primer deseo eres Tú, Dios
Tan sólo soy un hombre, pero quiero conocerte
Déjanos entrar…
Permítenos caer en trances, permítenos tener visiones…
Déjanos ver Tu Rostro, Santo, Santo, Santo Dios
Amigo Mío, Amigo Mío, Amigo Mío… (My Friend, My Friend, My Friend…)

DIFERENCIAS ENTRE LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN

Entrad por sus puertas con acciones de gracias, Por sus atrios con alabanza: Alabadle, bendecid su nombre”, Salmo 100:4. Las puertas son estas (señalas la cortina que se llama El Camino en el modelo del Tabernáculo). Resulta que debemos cruzar estas con acciones de gracias. ¿Qué son acciones de gracias? Son decirle a Dios: “Gracias por salvarme”, “Gracias por restaurarme”. Le agradeces a Dios por todo lo que Él ha hecho por ti en la cruz, porque en la cruz, ya hemos recibido toda bendición espiritual imaginable. Le damos gracias a Dios POR TODO. Y resulta que debemos entrar a sus atrios con alabanza; ¡aún no es adoración! Le alabamos a Dios con voces altas y con ruido para Dios. Pero resulta que la llave hacia Su Lugar Santísimo es la adoración, no son ni las acciones de gracias ni la alabanza, porque eso ya lo hicimos para entrar por sus puertas a sus atrios. En otras palabras, el orden es:


¿Qué es la adoración? Yo, hasta la fecha, les he dado algunas definiciones de adoración: (1) Es la llave a Su Presencia. (2) Es un estilo de vida. No es que dejamos de adorar a Dios cuando nos bajamos de la tarima o cuando dejamos de cantar. Tu adoración sigue afuera, cuando caminas conforme a La Palabra de Dios. (3) La adoración IMPLICA humildad. Es rendirlo todo a Sus pies. Una de las palabras hebreas que se traduce a adoración es proskuneo, que muchos de ustedes ya saben qué significa. Significa rendirse y humillarse a Dios como un perrito se rinde y se humilla a su amo. (4) La adoración INCLUYE el ya estar muerto a uno mismo. Eso es parte de adorar a Dios: morir a uno mismo. Por eso, el altar del incienso está después del altar de bronce. Las acciones de gracias y la alabanza no necesariamente incluyen a la humildad y a la muerte de uno mismo; es posible darle gracias a Dios por todo sin estar muerto a uno mismo y sin rendirle todo, y es posible alabarlo a Dios sin ser humilde y sin estar muerto a uno mismo. ¡Pero no es posible ADORAR a Dios si no eres humilde, si aún no has rendido todo a sus pies y si aún no has muerto a tus propios deseos carnales y humanos!

La alabanza tiene que ver con una especie de exaltación de la belleza de algo, o como una expresión de admiración hacia algo que vemos o sentimos. Así, se puede alabar a la mujer, se puede alabar al amor y al sentimiento. Según la última parte del Salmo 100:4, alabanza a Dios tiene que ver con bendecir Su Nombre, es decir, hablar bien de Dios, lo mismo que darle exclamaciones de admiración y de exaltación a su belleza. La alabanza tiene que ver netamente con expresiones audibles: ¡la alabanza puede escucharse! Se puede hablar bien de una mujer, lo cual es lo mismo que bendecirla, lo cual es lo mismo que alabarla. La palabra alabanza se traduce “praise” al inglés.

Pero la adoración tiene más que ver con la humillación. Sólo es posible adorar a una divinidad, y, en nuestro caso, nuestra Divinidad es Dios El Padre, Dios El Hijo y Dios El Espíritu Santo. La adoración no necesariamente incluye expresiones audibles o exclamaciones de admiración, ¡no necesariamente!; la adoración tiene más que ver con postrarse. La palabra adoración se traduce “worship” al inglés. Así, podemos ver que hay algunas diferencias grandes entre alabanza y adoración:


Diferencia N°
Alabanza
Adoración
1
Puede dársela a personas y cosas.
Sólo puede dársela a divinidades.
2
Necesariamente incluye expresiones audibles.
No necesariamente incluye expresiones audibles.


NUNCA DEJEN DE BUSCARLO A DIOS

¿Es acaso tu vida de oración, la raquítica oración de: “Ah, Señor, bendice a mi mamá, a mi papá, eaahh (bostezaso mientras trata de murmurar algunas palabras), en el nombre de Jesús, amén, *SNORE*”? ¿Es acaso tu vida de oración 2 que 3 palabras que te esfuerzas por murmurar antes de acostarte a dormir? ¿Acaso las tres veces que oras al día son para dar gracias por el desayuno, el almuerzo y la merienda? Tenemos que buscarlo a Dios en serio.

No descuides tu vida de oración ni tu comunión con el Espíritu. Así te darás cuenta cada mañana de ¡cuán grande es nuestro Dios! Buscad a Dios de todo corazón mientras aún pueda ser hallado. Buscad Su Rostro temprano de mañana. Ponte a orar, a ayunar y a vigilar. Dios es el Único Poderoso para guardarlos a ustedes sin caída y para presentarlos sin mancha en presencia de Su gloria con gran alegría”, Judas 24. Por lo tanto, búsquenlo fervientemente en oración.

El común denominador antes de la caída es que flaquean en su vida de oración. Aunque yo no oro porque tengo miedo de morir espiritualmente; oro porque tengo la NECESIDAD de estar con Él. La búsqueda ferviente de Dios de parte de TODA LA IGLESIA es lo que cambiará al mundo.

La llenura no dura para siempre porque Dios desea que lo sigamos buscando fervientemente. Todo lo que nos sucede en esta vida tiene un mismo propósito: motivarnos en BUSCARLO A ÉL. Las pruebas emocionales difíciles, las pruebas económicas, que una novia te termine, que un novio te engañe, la soledad, nuestras debilidades, el pecado que nos abofetea y que aparentemente no podemos vencer, 2Corintios 12:9; TODO tiene el propósito de movernos a buscar a Dios. Entonces, todas las cosas que nos sucedan de veras serán para nuestro propio bien, Romanos 8:28.

Hubo tres discípulos que se beneficiaron de esa respuesta, pero ellos cayeron en la misma trampa que amenaza a la adormilada Iglesia de nuestros días. Cuando Moisés y Elías se retiraban, los discípulos finalmente despertaron justo cuando todo se desvanecía y Jesús les decía adiós, Lucas 9:32. Estos tres hombre fueron tan sobrecogidos por el más breve resplandor de Su Gloria desvaneciente, que quisieron construir tres monumentos justamente en ése mismo sitio, Lucas 9:33. Pero Dios El Padre intervino desde Los Cielos y dijo: “No, esto no es todo lo que hay para ver. Ustedes no han visto nada todavía”, Lucas 9:34-35.

Algunos de nosotros parecemos medrar en las revelaciones momentáneas y espontáneas de Dios cuando Él lo que quiere es que sigamos buscándolo diligentemente a Él, pues Él tiene MUCHO MÁS para darnos. Dios detendrá los esfuerzos por construir monumentos a las revelaciones pasadas y a las revelaciones parciales e incompletas de Su Gloria: especialmente aquellas por las cuáles no pagamos con nuestras oraciones y con la muerte de nuestro ego en el altar del quebrantamiento personal. Parece ser que nos gustan las cosas fáciles, rápidas y baratas, como un avivamiento procesado por microondas. Dios sabe que esas cosas nunca producen un carácter piadoso en nosotros. Someramente, he tratado de explicar lo inexplicable[3].

DEBER: Salmo 18:1-28, Salmo 18:20-50, Salmo 34:1-22, Salmo 37:1-20, Salmo 37:21-40, Salmo 91:1-16, Número25:1-18


[1] DANTE GEBEL, prédica Judas, el amigo íntimo de Jesús
[2] SAMIR López, prédica Adoración en el Espíritu, es uno de los beneficios de la adoración.
[3] TOMMY TENNEY, En la búsqueda de Dios, Intentando atrapar la Presencia de Dios, Unilit Editorial, primera edición, Colombia 1999, pg185


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